sábado, 23 de junio de 2018

La causa inteligible


"Todos conocemos en nuestra memoria esos recuerdos aislados, vívidos —vívidos hasta la sensación auditiva o táctil[...]; recuerdos sin contexto que están allí, como impregnados en la memoria.
¿Por qué han permanecido allí, entre tantos otros olvidados? ¿Qué significan? ¿Tienen acaso una significación? ¿Múltiples significaciones? En todo caso, es cierto que esos recuerdos sostienen una multiplicidad de relaciones, y el psicoanálisis se ocupa de ellos..."
Jean Laplanche. El psicoanálisis: ¿Historia o Arqueología?


Varios lugares del país fueron terriblemente afectados por el terremoto de Septiembre de 2017. Yo formaba parte de una brigada de atención psicológica y social en un lugar donde muchos sus habitantes habían perdido sus casas y debían dormir en albergues improvisados.
Escuelas, iglesias y espacios físicos estaban destruidos o, en el mejor de los casos, seriamente fracturados. No temblaba más y, sin embargo, no había tranquilidad o certidumbre alguna de estar a salvo.

Decenas de habitantes acudieron a consulta psicológica, la mayoría de ellos sin saber qué obtendrían de ella. Habían visto en los programas de televisión que ir al ver al psicólogo es una opción cada vez más disponible, pero no terminaba de quedar claro cuándo o para qué acudir a un servicio de este tipo.
Acudieron mujeres, hombres, población infantil, ancianos, ricos, pobres, no tan ricos y no tan pobres;  cada colectivo tenía diferentes expectativas y necesidades.
Las personas se acercaban al consultorio y se asomaban para ver qué podía ofrecer yo. Observaban el mobiliario, el anuncio de "no interrumpir", una mesa y una caja de keenex sobre ella. Se animaban a pasar.

Cerrábamos la puerta y:

"Vengo porque necesito hablar de cosas que me están pasando y que no quiero decirle a mis amigos o mi familia."
"Son cosas sin importancia, o bueno, eso creo yo, pero que están ahí dándome vueltas en la cabeza."
"Ahorita, por ejemplo, están demoliendo mi escuela, donde he trabajado desde hace más de 20 años. No es mi casa, pero me duele que tumben mi escuela. Siento como si por dentro me estuvieran demoliendo a mi también."
"Me pasan cosas por dentro desde hace mucho tiempo, pero sigo con la vida y se me olvidan.Pero cuando pasan estas cosas, como lo de los temblores, se siente otra vez lo mismo, o peor."
"Se oye cómo caen los pedazos de concreto y pienso qué pasaría si un día me derrumbo yo también."
"Soy fuerte, de carácter fuerte, trabajador/a."
"Soy el pilar de toda mi familia, y todos saben que cualquier cosa que pase aquí estoy."
"En mi trabajo saben todo lo que puedo hacer y dar."
"Por muy poco y no me salvo. Apenas y pude salir del lugar que se derrumbaba"
"A final de cuentas estoy con vida y me dicen que piense en eso para que se me pase lo que siento, pero no es suficiente..."

La necesidad de escucha y acompañamiento profesional en salud mental era tan apremiante como la de víveres, material para reconstrucción o medicamentos. Las herramientas clínicas de un trabajador de la salud mental eran necesarias porque las personas vivían angustia, intranquilidad, incertidumbre o un enojo intolerable. Ocurre que la vida afectiva de las personas está en una constante relación con las fortunas o los embates de la realidad y sus efectos no pueden evadirse: a lo mucho, se puede intentar olvidarlos, pero continúan permaneciendo allí, como explica Laplanche. Cada vivencia queda asentada en la estructura que nos hace ser Alejandra, o Liliana, o César, o Carlos; cada acontecimiento es metabolizado a la estructura de lo que yo soy. Y como cuando por una diabetes la glucosa no es adecuadamente metabolizada por mi organismo, así las insatisfacciones afectivas pueden convertirse en un malestar de mi vida anímica:  
“Si consideramos la actividad de representación como la tarea común a los procesos psíquicos, se dirá que su meta es metabolizar un elemento de naturaleza heterogénea convirtiéndolo en un elemento homogéneo a la estructura de cada sistema.” Piera Aulagnier. La violencia de la interpretación.

Todo existente tiene una causa inteligible que el discurso podrá conocer (Aulagnier)

En la psicoterapia, las operaciones clínicas tienen resultados concretos y el profesional formado y supervisado ha desarrollado una habilidad técnica. Un psicoterapeuta que opera desde la herramienta del psicoanálisis no restará valor a la expresión “siento como si por dentro me estuvieran demoliendo a mí también”, porque revela la singular significación de un evento crítico que vulnera la integridad de la persona. Tampoco desestimará las reacciones del cuerpo de quien afronta una realidad compleja invirtiendo una gran cuota de angustia. Además, el paciente no será tratado como un objeto aislado de su entorno: es un sujeto social y un sujeto de la historia.
Para el psicoanalista, lo que expresa una persona con depresión o tristeza, angustia, enojo, con dificultades para dormir o comer, con insatisfacción en su trabajo, con poca satisfacción de su relación de pareja, que atraviesa una enfermedad o situación crítica, tiene una causa inteligible. Por esto, en la búsqueda de alivio y curación, la palabra del paciente es importante, su saber es relevante, su creencia es significativa y sus reacciones no son carentes de sentido.